¿Qué es lo que nos hace “viajar” cuando ingerimos marihuana?
¡Sí, el tetrahidrocannabinol o mejor conocido como THC!
Tanto en comidas, vaporizadas o combustiones este componente interesante
entra en acción para brindarnos efectos terapéuticos tanto mentales como corporales.
Pero ¡Cuidado! Nuestros organismos responden de diferentes maneras al THC.
Este puede tanto darnos sentimientos de relajación, percepción distinta del propio cuerpo y de nuestros sentidos, sensación de bienestar, euforia, subidón de ánimo como también ansiedad, angustia
e inclusive ataques de pánico.
¿Y si el THC es tan placentero cómo puede causarnos estas sensaciones tan confusas?
Al ser un psicoactivo estamos vulnerables a nuestro estado de ánimo, nuestras preocupaciones cotidianas, reflexiones e inclusive trastornos, entre otros.
¿Cómo cuidarnos del “mal flash”? Conocerse a uno mismo es clave. Empezar consumiendo de a poco, dándonos nuestro tiempo entre “seca y seca” o bocado a bocado para saber hasta donde podemos
llegar, consumir en espacios y con personas que nos transmitan seguridad o, si es a solas, tener siempre a mano agua y sal en caso de tener un bajón de presión. Si te estás sintiendo mal acordate
que la respiración calmada y profunda es crucial para tranquilizar el cuerpo. Todo es mental.
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