Bután es un pequeño país asiático situado en la cordillera del Himalaya al noreste de la India y limitando al norte con China. Aunque no es un país donde sus ciudadanos sean muy consumidores de cannabis que está prohibido, la planta si que es una parte del paisaje de esta exótica nación. También como curiosidad, diremos que en este país está prohibido el consumo de tabaco y su porte.
En la nación montañosa, la planta crece como una mala hierba y se puede encontrar en todas partes; en los campos de cultivo, al lado de las carreteras, en los jardines, en las montañas y en un sin fin de espacios al aire libre. La planta del cannabis también se puede ver crecer hasta en los techos de las casas como una cosa normal.
Mientras que los butaneses no son grandes usuarios de marihuana para satisfacción personal o lúdica, al parecer, sus animales si son grandes consumidores. Así que en vez de usarse para consumo de sus habitantes, el cannabis lo utilizan los agricultores para alimentar sus piaras de cerdos y rebaños de animales.
En Bután, también hay que ir como cuidado a la hora del té, en ciertas zonas del pequeño país asiático, puede ser común por parte de algunos locales especializados agregar a la taza de leche una infusión de cannabis. Una posible explicación de por qué el gobierno de Bután mide por la Felicidad de la Sociedad Bruta en lugar del PIB.
El cannabis es tan común en Bután que se ve como una mala hierba, en vez de una planta beneficiosa. La ley prohíbe su uso, posesión o venta, pero las autoridades suelen hacer la vista gorda ante su uso. Sin embargo, las incautaciones de cannabis van en aumento y parece que el país podría estar empezando a tomarse el comercio ilegal de cannabis más en serio.
La planta crece de forma generalizada por todo el país, y se ha utilizado durante siglos con diversos fines, desde para alimentar a los cerdos hasta para la producción de tejidos.
En 2011, se modificó el Código Penal de Bután. Antes, establecía que el consumo de cannabis se consideraba una falta administrativa, pero ahora el consumo de cannabis se considera un «delito menor». Eso significa que, si alguien es sorprendido en posesión de cannabis para uso personal, podrían condenarle a una pena de prisión de uno a doce meses. Si se descubre a alguien en posesión de cantidades importantes, la pena podría ampliarse de uno a tres años.
Sin embargo, si el acusado acepta asistir a terapia para tratar su consumo habitual de drogas, no será procesado.
Escribir comentario